LAS SUPLICANTES

Silvia Zarco

Equipo artístico

CÍA. MARIBEL MESÓN-LA LIBÉLULA TEATRO

Dirección: Eva Romero

REPARTO
Por orden de intervención
Carolina Rocha – Corifeo Danaide
Cándido Gómez – Dánao
Laura Moreira – Danaide
Maite Vallecillo – Coro Danaide / Madre
David Gutiérrez – Rey de Argos
Rubén Lanchazo – Egipcio/Teseo
Javier Herrera – Egipcio / Soldado/ Mensajero Ateniense
Eduardo Cervera – Egipcio / Soldado
María Garralón – Madre
Nuria Cuadrado – Madre
Celia Romero – Cante

Voces en OFF:  Coro Amadeus-In (Canción «Quiero saber») y Luisa Gavasa (Diosa Ceres)

Cuadro Artístico Técnico
Diseño escenografía: Elisa Sanz
Diseño de iluminación: Rubén Camacho
Música original: Eugenio Simoes
Asesoría Coral: Alonso Gómez Gallego
Diseño de vestuario y caracterización: Pepa Casado
Coreografía: Gema Ortiz Iglesias
Sonido: Jose Peña
Fotografía: Jorge Armestar
Realización de vestuario: Luisi Penco y Lali Moreno
Ayudante de dirección y regiduría: Pedro Forero
Ayudante de caracterización: Isabel Martín y Gema Galán
Productora: Maribel Mesón
Jefe Producción: Juan Antonio Mancha
Ayudante de producción: Melanie Jiménez
Distribuidora: MB Distribución – Mara Bonilla

Una coproducción del Festival de Mérida y Maribel Mesón, producción y  distribución teatral. Con la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de  Guareña. 
Agradecimientos al Excmo. Ayuntamiento de Talarrubias, Ángel Hidalgo,  Rubén Martín, Sonigu, Asociación de comercio local de Guareña e INQUIBA  S.A.

Dossier

Sinopsis

Desde las arenas del Nilo, las jóvenes Danaides, guiadas por su padre, llegan como suplicantes a la costa europea de Argos, en Grecia. Han atravesado, aterradas, el Mediterráneo huyendo de una turba de varones egipcios que quiere desposarlas por la fuerza. Apenas pisan tierra firme, suplican al rey argivo que les dé asilo. El soberano consulta al pueblo que, sin recelo ni titubeos, da cobijo al extranjero. Pero el enemigo no tarda en llegar buscando a las mujeres que cree suyas. Cuando todo parece estar perdido, el pueblo se enfrenta y vence a los egipcios sin más arma que unas firmes palabras que avalan la libertad femenina.

Libres por fin, las Danaides habitan en Argos; sin embargo, pronto llegará una guerra. El ejército de la ciudad que un día las acogió es cruelmente derrotado y el dolor se multiplica cuando el vencedor se niega a devolver los cuerpos de los vencidos. Serán sus madres, las madres de los caídos,  quienes ahora se tornen suplicantes y, acompañadas por las Danaides, marchen a tierra extranjera en busca de los cadáveres de sus hijos.

 

Un rito de sanación colectiva

LAS SUPLICANTES, tragedia con título plural femenino, es un viaje al pasado para reencontrarnos como seres humanos. Pretendemos contemplar y contemplarnos a través del rito sanador que es el teatro. En este periplo, desempolvamos y entrelazamos las historias de dos manuscritos que comparten un mismo título: Las Suplicantes de Eurípides y Las Suplicantes de Esquilo.  Dos historias trágicas, dos “llantos” en que la colectividad,  el CORO, es el absoluto protagonista. Dos grupos de mujeres (hijas de oriente y madres de occidente) que, junto a hombres de labios libres y en situaciones de angustia, resuelven conflictos tan humanos como el derecho al propio cuerpo, el derecho de asilo y el derecho a dar digna despedida a los muertos. Entre ambas tragedias, hemos querido tejer un único texto, un lienzo que celebre la lucha histórica, intergeneracional y colectiva de las mujeres y de los hombres que la defienden.

En este presente en que la Pandemia y la madre tierra han parado el tiempo y nuestros ojos piden a gritos poder abrazarnos hemos querido escuchar a los clásicos, voces que atesoran claves de amor y de cuidados. La tragedia nació de los ritos agrarios, llantos colectivos con que los campesinos purificaban la tierra para la nueva cosecha. Los griegos llevaron el rito del campo al ser humano, creando el acto colectivo y purificador que es el teatro. Hoy más que nunca es necesario contemplar, contemplarnos y conllorar, que es compartir la lluvia fina del llanto, en un ritual liberador, un rito de sanación llamado teatro.

Que comience el viaje. Les esperamos.

Silvia Zarco, autora de la versión.

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